Esta entrada me surgió como idea porque, hace unos días me encontré con una ex compañera de colegio que coincidencialmente terminó siendo clienta mía en la tienda y eso me encogió el corazón y ¡Si! tengo corazón aunque no lo crean y a la vez me hizo la nostalgia de hablar de lo orgullosa que me siento por el éxito de mis compañeros, bueno de los poco que he sabido.
Si le leyeron el título ya se imaginarán que estas serán mis primeras palabras y que algunos me voltearan a ver y pensando
Creo que todos hemos comprendido a golpes porque, no hay otra forma de aprender que cuando en muchas ocasiones rechazamos todo tipo de invitaciones a reuniones porque, nuestra excusa era: estar cansados o que al día siguiente debíamos despertar temprano para trabajar, solo el 1% de la poblacion usaba mi excusa:
— “Es que vivo en el monte y no puedo”.
He leído toda clase de comentarios en estas “cuarentenas” y “centenas” desde:
—¡De ahora en adelante iré a cualquiera fiesta, entierro, bautizo, divorcio lo que sea!
Yo incluso me he considerado la idea de aceptar las invitaciones que me sean extendidas empezando desde Herbalife ( Ojo: no tengo nada en contra de ellos, cada quien con sus cosas), Omnilife, Avon, Mary Kay, las benefíciense, las de bingo, las cooperativas, etc.
Una de las reuniones de la cual desde que salí del colegio jamás de lo jamases sucumbí, es la tan nefasta y tan poco agradable que es… LAS INSUFRIBLES REUNION DE EX GRADUANDOS!
No quiero que me odien, acepto todo en esta vida, mi forma de ver las cosas en la vida me ha ampliado mi criterio para aceptar que no puedo estar de acuerdo con una forma de pensar pero, tolero, acepto y si es una persona que quiero, le diré:
—Te quiero pero, no me parece “X” cosa, ahora si es tu decisión la respeto.
Esa soy yo en mi máxima expresión, puede que no comparta opiniones pero, la vida se hizo para que cada uno aprenda sus lecciones y luche sus batallas, no seré yo la que luche por ellos.
Volvamos al punto, ¿por qué no me gustan estas reuniones? ¿Qué me hicieron y el por qué las aborrezco con todas mis fuerzas? si ellas no tienen la culpa, quizás los culpables somos nosotros los asistentes.
Muchas de mis amigas, ha asistido a estas “fiestas” me han resumido la experiencia, todo se basa en el juego de preguntas y respuestas con el fin de que el propio ego o nuestro niño egoísta al que no le damos de comer a diario preguntas tales como:
¿Qué estudiaste?
¿A qué te dedicas?/ De qué trabajas?
¿Te casaste?
¿Tienes hijos?
¿Qué auto tienes? Casa?
No me nieguen que por más que el ser humano trate de ocultar estos pensamientos, la curiosidad es algo de la cual no podemos escapar y siempre en estas reuniones caemos en la rutina de utilizarlas. Muy en lo personal a mi me da igual quién fue en la escuela o quién haya sido en la actualidad, sé que mis compañeros se encuentran bien, son exitosos con su felicidad y para mi eso es más que suficiente, algunas de mis amigas me confesaron que se sentían incómodas con esas fiestas, sencillamente por los puntos que he señalado arriba.
Señores, la vida no se trata de saber quien logró trabajar de lo que se graduó, mucho menos del auto del año que se tenga, es simplemente ser feliz sin tantas complicaciones. En la actualidad estos tiempos son difíciles porque, a nivel mundial hay tal incertidumbre que no se sabe en que pararemos, sólo esperamos que al final de esto seamos mejores personas.
Eso si, algo que nos caracteriza a la humanidad es esa sensación maravillosa de reunirse porque sí, sólo por el simple hecho de celebrar, todavía no llego a conclusión definitiva de asistir o no a una reunión de esa índole pero, se que el Panameño tiene esa particularidad de la "sangre latina" que nos hace sentirnos vivos el celebrar y yo soy parte de eso, no prometo mucho; cuando salgamos de esto prometo ser mas abierta a ciertas invitaciones porque, aprendí a la mala que hoy estamos bien y el mañana no estar prometido para nadie.
Nos leemos en la próxima,
Xoxo.
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Anny aka Dama 9:
Perdedora por naturaleza, chistóloga frustrada, torpe con pies izquierdos, loca empedernida, de risa variable, estudie marketing porque me rechazaron en la Policía Nacional; después de dedicarme algunos años a ser Community Manager o Social Media Manager me jubilé. Ahora vivo una vida con mayor calma, disfrutando de la escritura por afición. Amo comer, reír, leer, el olor del café, la lavanda, el mar, los amaneceres a pesar que me cuesta levantarme y los atardeceres me matan.
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